Los envases metálicos con tapa tipo ballesta proporcionan una gran estanqueidad en relación a otro tipo de envases. Su cierre hermético hace que el producto interior no pierda sus propiedades, tanto si se trata de un producto alimentario como de otro tipo de material.
Este sistema de cierre permite que la tapa pueda sacarse en su totalidad, lo que facilita el llenado y el vaciado del envase.